ES CIERTO: la Selección Argentina ya comenzó hace un tiempo un proceso a través del cual intenta hacerse a la idea de no contar de manera indefectible con Lionel Messi. Incluso respondió con buenas actuaciones y triunfos trascendentales ante dicha ausencia, como pasó, sin ir más lejos, cuando el tobillo traicionó al mejor del Mundo y debió salir de la final de América que finalmente la Albiceleste le ganó a Colombia de manera agónica.
Pero más allá de eso, la repentina baja por un desgarro oficialmente no reconocido y catalogado como «leve lesión en el aductor izquierdo» justo antes de los clásicos contra Uruguay y Brasil, constituyen un cimbronazo para el grupo que tiene como faro rector a la Pulga.
Este martes se escucharon desde el aeropuerto de Ezeiza, donde desembarcaron los últimos futbolistas que se plegaron al plantel que iniciará sus prácticas por la tarde, voces envueltas en resignación. Fue el caso, por ejemplo, de Nicolás González. «Cuando me subí al primer avión me enteré de que estaba afuera.

Es un golpe duro. Se me cruzó lo que se le pueden cruzar a todos: no está Leo. ¿Y ahora?”, fue el sincero lamento del jugador de Juventus.
Más historias
Viernes de boxeo, un clásico que llenó de emoción a La Punta
Eliminatorias Argentina venció a Chile y lo dejó afuera del próximo Mundial.
El Calamar a la Libertadores